La Torre de Hércules, originalmente conocido como el "Farum Brigantium", es un antiguo faro romano situado en una península de unos 2,4 kilómetros del centro de La Coruña, Galicia, en el noroeste de España. La torre fue erigido probablemente a finales del primero o segundo siglo temprano, durante el reinado del emperador Trajano (98-117), para facilitar la navegación a lo largo de la costa de Galicia accidentado, en un punto estratégico en la ruta marítima que une el Mediterráneo hasta el noroeste de Europa. La torre se encuentra en una roca 57 metros, y se eleva a más de 55 metros, de los cuales 34 metros corresponden a la mampostería romana y 21 metros a la restauración en el siglo 18, cuando la torre fue aumentada con dos formas octogonales. El faro original utilizaba un sistema de leña situado en la cumbre y la apertura a la fachada hacia el mar. Una escalera de caracol teje alrededor de la principal exterior a la cima. La torre ha estado en uso constante desde el siglo segundo y se considera que es el faro más antiguo del mundo.
La Torre de Hércules fue construida por los romanos como faro de navegación en el siglo I comprendida la construcción entre los reinados de Nerón y Vespasiano en función de los hallazgos de fragmentos de terra sigillata y vasos de paredes finas datables entre los años 40 y 80 de nuestra era[cita requerida]. La inscripción al pie de la torre y las referencias documentales sobre la ciudad de Brigantium (La Coruña) revelan la existencia de un faro de la época de Trajano. En su base se encontró una piedra votiva con la inscripción en latín MARTI AVG.SACR C.SEVIVS LVPVS ARCHTECTVS ÆMINIENSIS LVSITANVS.EX.VO, lo que ha permitido identificar al arquitecto autor de la misma como Cayo Sevio Lupo, originario de Aeminium, hoy Coímbra, en Portugal.
La torre perdió, posiblemente, su uso marítimo durante la Edad Media al convertirse en fortificación. Fue en 1682 cuando el Duque de Uceda encargó la restauración arquitectónica al arquitecto Amaro Antune, que construyó una escalera de madera que atravesaba las bóvedas hasta la parte superior, donde se sitúan dos pequeñas torres para soportar los fanales. En el reinado de Carlos III se realizó la reconstrucción completa. La obra neoclásica se terminó en 1791 bajo la dirección de Eustaquio Giannini.
La torre era, antes de comenzar la reforma, un cuerpo prismático con base cuadrada; en el exterior presentaba un muro de piedra con dos puertas en la parte baja y ventanas asimétricas que la recorrían hasta el piso superior, y una mordiente helicoidal que llegaba hasta la parte superior. En su interior conservaba la vieja estructura romana, pero con escaleras de madera que pertenecían a la restauración de edificio, armonizándola en su decoración con marcos superiores de puertas y ventanas.
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