Los investigadores del parque arqueológico han hallado un nuevo tramo del camino inca de 1,5 kilómetros aproximadamente y que incluye un túnel de cinco metros de largo
Los investigadores del Parque Arqueológico Nacional de Machu Picchu hallaron el pasado mes de mayo un nuevo tramo del camino inca que, según Fernando Astete, director del parque, ofrece una vista impresionante de la llacta inca de Machu Picchu, desde un ángulo diferente a todos los que habitualmente se conocen, y permitirá descongestionar la visita turística al sitio arqueológico. El camino parte de Wayraqtambo o Tambo de los Vientos, un área situada en la porte posterior de la montaña de Machu Picchu, y a lo largo de 1,5 kilómetros aproximadamente se dirige hasta una plataforma que ofrece una panorámica totalmente diferente del antiguo poblado inca. El sendero, aún cubierto de maleza, tiene una anchura que varía entre 1,20 y 1,40 metros, según la topografía del terreno. Se han localizado muros de contención de hasta tres metros de altura y se ha descubierto un túnel de unos cinco metros de largo que constituye una muestra más de la prodigiosa ingeniería inca. Las grietas interiores del túnel, que sigue operativo 500 años después, están selladas con piedras labradas, una técnica utilizada con el propósito de evitar el derrumbe de los bloques superiores. Este camino debe ser restaurado y puesto en valor en corto plazo por su importante valor patrimonial, afirma Astete.
Los investigadores del Parque Arqueológico Nacional de Machu Picchu hallaron el pasado mes de mayo un nuevo tramo del camino inca que, según Fernando Astete, director del parque, ofrece una vista impresionante de la llacta inca de Machu Picchu, desde un ángulo diferente a todos los que habitualmente se conocen, y permitirá descongestionar la visita turística al sitio arqueológico. El camino parte de Wayraqtambo o Tambo de los Vientos, un área situada en la porte posterior de la montaña de Machu Picchu, y a lo largo de 1,5 kilómetros aproximadamente se dirige hasta una plataforma que ofrece una panorámica totalmente diferente del antiguo poblado inca. El sendero, aún cubierto de maleza, tiene una anchura que varía entre 1,20 y 1,40 metros, según la topografía del terreno. Se han localizado muros de contención de hasta tres metros de altura y se ha descubierto un túnel de unos cinco metros de largo que constituye una muestra más de la prodigiosa ingeniería inca. Las grietas interiores del túnel, que sigue operativo 500 años después, están selladas con piedras labradas, una técnica utilizada con el propósito de evitar el derrumbe de los bloques superiores. Este camino debe ser restaurado y puesto en valor en corto plazo por su importante valor patrimonial, afirma Astete.
0 comentarios:
Publicar un comentario