A primera vista, los retratos de la artista holandesa Kuin Heuff parecen estar compuestos de una vertiginosa serie de líneas convergentes, pero en realidad, el proceso creativo no puede ser más diferente.
Con sede en Rotterdam, Heuff cuyo trabajo se centra en las complejidades de la cara humana, pone en marcha mediante la creación de pinturas acrílicas las caras que quiere representar. Pero mientras que otros artistas que dejar las cosas así, lleva a su arte a un nuevo nivel mediante la adopción de un cuchillo afilado y cortar laberínticas pautas para crear un espacio negativo. El proceso se hace aún más impresionante cuando te das cuenta de la importancia de decidir cuándo y dónde cortar, teniendo en cuenta cada golpe de la cuchilla es irreversible. Sin embargo, Kuin Heuff lo logra con relativa facilidad, mostrando increíble habilidad y un buen ojo para lo que es importante en su arte.
Con sede en Rotterdam, Heuff cuyo trabajo se centra en las complejidades de la cara humana, pone en marcha mediante la creación de pinturas acrílicas las caras que quiere representar. Pero mientras que otros artistas que dejar las cosas así, lleva a su arte a un nuevo nivel mediante la adopción de un cuchillo afilado y cortar laberínticas pautas para crear un espacio negativo. El proceso se hace aún más impresionante cuando te das cuenta de la importancia de decidir cuándo y dónde cortar, teniendo en cuenta cada golpe de la cuchilla es irreversible. Sin embargo, Kuin Heuff lo logra con relativa facilidad, mostrando increíble habilidad y un buen ojo para lo que es importante en su arte.
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