Los telescopios espaciales como el Hubble y el Kepler han estado trabajando duro para responder a las preguntas del cosmos. Y eso esta muy bien, pero con Kepler en las cuerdas ha llegado el momento para un nuevo ojo en el cielo. Y en un movimiento atrevido, la NASA esta desarrollando un telescopio que estará empujando la búsqueda del conocimiento interestelar aún más.
El Telescopio Espacial James Webb (en inglés James Webb Space Telescope o JWST) es un observatorio espacial que estudiará el cielo en frecuencia infrarroja. Será construido y operado de manera conjunta por la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense. Anteriormente conocido como Next Generation Space Telescope o NGST, fue renombrado en 2002 en honor de James E. Webb, el segundo administrador de la NASA. El lanzamiento se llevará a cabo a partir de 2018.
La misión primaria del JWST tiene cuatro objetivos principales:
Buscar la luz de las primeras estrellas y galaxias formadas tras el Big Bang
Estudiar la formación y evolución de las galaxias
Comprender mejor la formación de estrellas y planetas
Estudiar los sistemas planetarios y los orígenes de la vida
Debido a la combinación entre el corrimiento al rojo, el oscurecimiento debido a las nubes de polvo interestelar y las bajas temperaturas de muchos de los objetos a estudiar, el JWST operará a longitudes de onda infrarrojas, en un rango de entre 1 y 27 micrómetros. Para asegurarse que las observaciones no estén interferidas por las emisiones infrarrojas del propio telescopio y los aparatos de medida, el conjunto debe estar a baja temperatura. Al encontrarse bien protegido del Sol puede alcanzar aproximadamente los 50 K (-223º C). Para este fin, el JWST tendrá incorporado una gran placa metalizada, que bloqueará las emisiones infrarrojas del Sol, la Tierra y la Luna. El telescopio estará localizado en el segundo de los puntos de Lagrange, conocido como L2, para facilitar la operación de proteger el telescopio de las emisiones infrarrojas del Sol y la Tierra. El observatorio no se lanzará antes de 2014. Tras un periodo de preparación de aproximadamente 6 meses, comenzará la misión científica, la cual se plantea con una duración mínima de 5 años. Existe la posibilidad de extensión de la misión más allá de este tiempo, y el observatorio está siendo diseñado teniendo bien en cuenta esto.
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