El café fue introducido por primera vez en Suecia en torno a 1674, pero tuvo poca circulación antes del siglo XVIII, cuando el uso de la bebida se puso de moda entre los ricos. En 1746 se emitió un decreto real, dirigido contra el café y el té debido al "abuso y el consumo excesivo de esta "dañinas bebidas". El café fue prohibido por completo, pero, a pesar de la prohibición, su consumo continuo. Gustavo III examinó el uso del café como una amenaza para la salud pública y estaba decidido a probarlo, ordenó un experimento científico. El rey ordenó llevar a cabo un experimento con dos gemelos. Ambos gemelos fueron condenados a muerte por sus crímenes. Su sentencia fue sustituida por cadena perpetua, a condición de que uno de ellos debia beber tres tazas de café, y el otro la misma cantidad de té todos los días por el resto de su vida. Dos médicos fueron nombrados para guiar el experimento e informar el resultado al rey, pero pasado un tiempo el doctor murió, presumiblemente por causas naturales, incluso antes de que se terminara el experimento. Gustavo III, quien fue asesinado en 1792 tampoco pudo ver el resultado.
De los gemelos, el que debia tomar té murió muy longevo a la edad de 83 años. La fecha exacta de la muerte del segundo gemelo no se conoce, pero fue después que su hermano.
En 1794, el gobierno una vez más trató de prohibir el uso del café. La prohibición se ha prorrogado varias veces y funcionó hasta la década de 1820, pero no fue capaz de erradicar el uso del café. Después de que se levantó la prohibición, el café se ha convertido en la bebida más popular en Suecia, lo que le permitió entrar en la lista de los diez países con el mayor consumo de café per cápita. Este experimento se refiere a veces jocosamente como el primer ensayo clínico de Suecia.
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