El Domingo Sangriento de 1972, (Bloody Sunday) fue una jornada de incidentes ocurridos en Derry (Irlanda del Norte) el domingo 30 de enero de 1972, en el contexto del conflicto de Irlanda del Norte. Aquella tarde estaba convocada una manifestación a favor de los derechos civiles y en contra del internment -encarcelamiento sin juicio a los sospechosos de pertenecer al IRA, aprobado en agosto de 1971 por el gobierno de Irlanda del Norte- por el que se encontraban detenidas centenares de personas.1 A la protesta acudieron más de 15.000 personas.
La manifestación, convocada por la Asociación por los derechos civiles de Irlanda del Norte (NICRA) se inició pacíficamente. Aunque en principio estaba previsto marchar hasta el ayuntamiento de la ciudad, las autoridades británicas habían prohibido expresamente salir a los manifestantes de los barrios católicos, cercados por barricadas (la zona conocida como Derry Libre o Free Derry). Además, existía la genérica prohibición de celebrar manifestaciones públicas, prorrogada por el gobierno norirlandés unos días antes.2 En todo caso, la organización de la manifestación decidió renunciar a abandonar el Bogside, para no desafiar a los soldados que rodeaban la zona.3 Un regimiento de paracaidistas del ejército británico había sido enviado a Derry.
Un pequeño grupo de manifestantes, apartado del núcleo principal, comenzó a lanzar piedras a una de las barricadas. Los soldados respondieron al principio con gas, balas de goma y agua a presión. Instantes después las tropas británicas salieron de las barricadas, abriendo fuego contra la multitud. Trece personas murieron y fueron heridas más de treinta, por disparos del Primer Batallón de Paracaidistas del Reino Unido. Una decimocuarta víctima moriría meses más tarde. Los paracaidistas alegaron estar siendo objeto de disparos, algo que resultó ser falso.
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