Los descubrimientos de Ogas han sido publicados en un libro llamado A Billion Wicked Thoughts, en coautoría con Sai Gaddam. He aquí algunos puntos interesantes sobre lo que han descubierto: Los hombres heterosexuales son libidinosos y prefieren a las mujeres gruesas que a las delgadas.
Tan libidinosos, de hecho, que disfrutan una gran variedad de tipos de erotismo, incluyendo páginas web con mujeres mayores y transexuales. Y más: la investigación muestra que la mayoría de hombres heterosexuales prefieren a las mujeres gruesas que a las delgadas.
Los hombres homosexuales y heterosexuales no son del todo distintos.
Curiosamente, tanto los hombres gays como los heterosexuales tienen idénticas preferencias de partes del cuerpo: pecho, trasero y pies, en ese orden (pero claro, en distintos géneros). La investigación también mostró que los heterosexuales tienen una fascinación con los penes de otros hombres, aunque no está determinado si es una fijación consciente o inconsciente. ¿Será cuestión de competencia? basta ver el número de comentarios en WDH acerca del tamaño del pene y cómo se le percibe en relación a otros, sea vistos en persona o en alguna porno.
La fijación de los hombres por los pies es completamente normal.
Cuando las mujeres tienen pies pequeños, es señal de una alta producción de estrógeno. Entonces los pies se convierten en una señal de fertilidad y los hombres miramos instintivamente las extremidades del sexo opuesto.
Las mujeres disfrutan de los romances homosexuales.
A las mujeres les encanta leer y observar romances entre dos hombres. Pero no es el tema del sexo lo que les llama la atención, sino la emoción entre los dos personajes. Ogas usa Brokeback Mountain como ejemplo: la mayoría de la audiencia de la película fueron mujeres heterosexuales.
Los hombres fantasean con números. Cuando se trata de fantasear acerca del sexo en grupo, los hombres lo hacen mucho más que las mujeres, e incluso se imaginan a más hombres en la acción.
Los hombres buscan orgasmos auténticos.
Los autores del estudio descubrieron que los heterosexuales prefieren ver porno amateur en línea, pensando que los orgasmos de la mujeres son más genuinos. Por tanto, fingir un orgasmo es decepcionante para un hombre, incluso si él no está participando.
Los investigadores dicen que este trabajo los llevó muchas veces a sitios web extraños, incluyendo anime japonés -increíblemente popular entre los hombres heterosexuales- y lo que llaman “porno de cornudos”, donde los hombres observan a sus esposas tener sexo con alguien más. Ogi y Gaddam esperan que estos descubrimientos apoyen su tesis, que dice que no existe la desviación sexual.
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